El trastorno límite de la personalidad o TLP es uno de los problemas psicológicos que más gente está empezando a sufrir desde hace unos años junto a los trastornos de las conductas alimentarias (TCA), la depresión y las crisis de ansiedad. Hay algunos pilongos que lo consideran dentro del Borderline pero hay otros que creen que aunque ambas enfermedades tienen muchas características en común, también tienen sus diferencias.
Todas las enfermedades o transtornos mentales merecen nuestra máxima atención y profundo respeto, así que hablaremos del trastorno límite de la personalidad con la distancia prudencial que nos produce estos temas tan sensibles pero también es importante dar a conocer que estos problemas existen y no hay que estigmatizarlos, en cualquier caso si crees que puedes estar padeciendo esta afección psicológica o cualquier otra no dudes en pedir ayuda y asistencia médica profesional, un psicólogo o un psiquiatra podrán diagnosticarte y darte el seguimiento y el tratamiento más adecuado para tu caso.
¿Cuáles son sus síntomas?

El Trastorno límite de la personalidad se caracteriza por tener cambios de humor repentinos y muy limítrofes , puedes sentir alegría desmedida casi euforia, tristeza e ira en unas pocas horas y sin que haya pasado nada que detonen estas emociones.
Otra de las características que más sobresalen es la necesidad de hacerse daño o autolesionarse por parte de quien lo padece, se dice que es una forma de controlar el dolor y las sensaciones o también para castigarse por algo que se “cree” que se ha hecho mal.
La impulsividad y la introversión también formarían parte de esta patología tan problemática.
¿Quiénes lo padecen?
Los datos dicen que son más propensas las mujeres que los hombres a la hora de desarrollarlo y que esto suele darse a partir de edades muy tempranas (comparado con otros problemas psicológicos) como los ocho años, ahí ya se pueden apreciar algunos rasgos pero la adolescencia siempre es ta etapa más clave y en menor medida suele empezar a notarse a partir de los treinta años.
No tiene que haber un punto o momento que lo detone, hay personas que son más propensas genéticamente a desarrollar problemas de salud psicológicos de la misma manera que las hay más propensas a tenerlos físicamente. Pero siempre es importante vigilar a personas con antecedentes de abandono o abusos en la infancia, que hayan sufrido bullying o que hayan tenido problemas con las drogas. Hay un punto en que los factores sociales pueden ayudar a que una enfermedad que está latente termine de estallar.
Por supuesto, los afectados por TLP pueden llegar a llevar una vida completamente normal sin que nadie tenga que notar su enfermedad si hacen caso a sus médicos y se tratan debidamente. Buscar ayuda a tiempo es lo más importante.